Mis ruinas -Sin tu voz, mis oídos aúllan como dos selvas de nostalgia- Cuando muera, no quedará ninguna mujer junto a mí. No, no es eso: moriré cuando no quede ninguna mujer a mi lado, y como tú eres todas las mujeres que me han abandonado, muerto estoy Hasta hace poco fuiste mi Diosa y yo, tu fiel pagano; reúno para ti la tierra y tú respiras por mí los cielos y yo, vuelo. ¿Y a qué ángeles deberé entregar mi cadáver para el juicio final? no esparcirás las cenizas de este cadáver consumido por tu ausencia! ni de una estocada en tu pecho, donde amarraste las riendas de tu caballo que se amansa. Así fue como quebraste mi destino; dándome la espalda, y yo, de cara al desconocido, al desierto de la diáspora que cargas sobre tu espalda. Ni siquiera un samaritano engañarme puede con un becerro de oro. * * * Extendía mi mano y arrancaba la columna vertebral. Y después de inflamar la faz de la tierra con el crepitar de mis huesos y de destruir edifi...